OJO DE PARDOS
Cuenta la leyenda que muchos años atrás, doscientos o trescientos
quizá, un labrador de Pardos pedanía de Abanto ya desgraciadamente deshabitada
se encontraba realizando las labores del campo con una pareja de bueyes. Este
pardeño había comenzado su faena al hacer de día puesto que por las fechas en
que el hecho sucedió festividad de San Antonio, preludio del período estival
el rendimiento de los bueyes
descendía considerablemente al llegar el calor, ya que les daba la mosca. Así
pues, el protagonista de nuestra historia dio por concluida su labor de labranza
hacia las 11:30 horas, para acudir a Pardos a comer. En la pieza en la que
estaba trabajando dejó los aperos de labranza y se marchó con los bueyes cara Pardos.
Ojo de Pardos |
El labrador llegó a su casa y fue recibido por su esposa que ya
le había preparado unas ricas viandas para hacer frente a las penalidades que el
trabajo del campo conlleva. Bien comido y mejor bebido decidió bajar a finalizar
su faena a eso de las 17:00 horas, una vez que el calor había remitido.
Por el camino se encontró con otros labradores que acudían
prestos a sus labores y con los que charló sobre la cosecha que se avecinaba y
el calor que golpeaba sus espaldas.
Pero la sorpresa estaba por llegar y cuando el labrador llegó a la
pieza en la que por la mañana estuvo laborando, no pudo dar crédito a lo que sus
ojos veían. Sus herramientas de trabajo habían desaparecido y... ¡el terreno
había cedido! Su finca ya no era un lugar de cultivo sino una pequeña laguna.
¿Qué había sucedido? Realmente ni el pardeño ni nadie lo supo, pero lo cierto es
que donde otrora había tierra que labrar ahora solo se veía agua.
Inmediatamente partió hacia Pardos para contar a sus vecinos lo
ocurrido y desde entonces a aquel lugar se le llama el Ojo de Pardos, aunque en
algunos mapas se recoge
como Laguna Ojos de Pardos.
La leyenda no ha acabado ahí pues desde entonces y hasta la
fecha, y probablemente por mucho tiempo más, el Ojo de Pardos ha estado cubierto
por un halo de misterio y respeto. Si bien es habitual que la gente joven del
pueblo se bañe en la Laguna de las Fuentes, superficie pantanosa que se utiliza
para el regadío, muy poca gente se ha atrevido a introducirse en las aguas del
Ojo de Pardos. La leyenda cuenta que una mujer de Abanto, teñida por una vida de
problemas y penas, decidió acabar con sus días arrojándose al Ojo de Pardos.
GEISER
El geiser de Abanto en realidad es una tubería que está rota y el agua lleva tanta presión que parece un geiser. Una tarde de verano puedes ir con la bici hasta alli y refrescarte pasando por debajo.
Lo curioso es que el agua que lleva es de agua salada y es una estampa graciosa, bonita, nose como describirla.
Lo curioso es que el agua que lleva es de agua salada y es una estampa graciosa, bonita, nose como describirla.
Geiser |
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